Aunque apenas tiene poco más de 10 años, Pal Real se ha convertido en un clásico entre los lugareños y visitantes de la Perla tapatía. Son imperdibles sus desayunos, acompañados siempre de un muy buen café de especialidad. La verdad es que el lugar está lleno todo el día. Para la mañana, recomiendo ampliamente alguno de sus bisquets o unas encacahuatadas. Su cocina es fresca y muy honesta: se percibe en toda la narrativa del lugar. Los viernes y sábados abren el Bar de Aquí, una sección del restaurante para comer rico, beber bien y escuchar buena música. Uno de mis favoritos de Guadalajara.