El restaurante insignia del chef Roberto Solís fue uno de los primeros en mirar la cocina yucateca desde una óptica más moderna, aunque respetando el uso de elementos endémicos sin los cuales la cocina peninsular no se podría entender. Después de su paso por cocinas como la de Noma, entre otros restaurantes europeos, Solís izó la bandera de la nueva cocina yucateca, haciendo uso de técnicas contemporáneas para crear un menú que hoy ya tiene platillos clásicos como sus famosas cebollas negras. En una ciudad como Mérida, donde siempre se come de maravilla, Néctar es uno de mis favoritos.