Este restaurante, el más reciente del celebrado chef Roberto Solís, apuesta por llevar los sabores de Yucatán a un menú degustación muy bien diseñado. En congruencia con el entorno, presenta una cocina fresca con ingredientes de proximidad y un trabajo cercano con productores de la zona. El menú de 12 tiempos reinterpreta las tradiciones mayas en una puesta en escena que rompe las barreras entre la cocina y el salón: todo está a la vista; el equipo de cocina trabaja de manera casi coreografiada. El menú propone un maridaje fresco y adecuado. Recomiendo reservar: no tiene muchas mesas y ya es un hotspot de la ciudad.