Hija menor de la I Latina (Anita Li es I Latina leído al revés), este restaurante ha sido un punto de encuentro para los tapatíos desde su apertura gracias a su ambiente relajado, divertido y su propuesta suculenta. Sus entradas para taquear, como el pato, el tuétano y los clásicos taquitos tropicales son la muestra de cómo arrancar un día en Anita Li. A partir de ahí, la carta está construida a base de comfort food, sin mucho estereotipo más que el de comer bien. Desde siempre se han preocupado por tener una coctelería acorde con el menú: sencilla pero divertida y, sobre todo, muy fresca.